El costo de la canasta básica familiar sigue alejándose del alcance de millones de peruanos. Según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), reveladas este jueves, más de 9,3 millones de compatriotitas no lograron cubrir el valor de la canasta básica de consumo—el conjunto mínimo de bienes y servicios necesarios para vivir dignamente— durante el 2024. ¿Qué implica? Un deterioro del poder adquisitivo frente al aumento de la inflación.
Durante el último año, el valor mensual per cápita de esta canasta se incrementó en 4,3%, al pasar de S/446 a S/465. Este monto representa el mínimo necesario para adquirir bienes y servicios esenciales, como alimentos, transporte, salud y educación.
Así, la pobreza monetaria en el país afectó al 27,6% de la población. En total, hay 9 millones 395.000 personas en situación de pobreza, casi tres millones más que en 2019, año previo al impacto económico de la pandemia y la posterior crisis inflacionaria.
Los datos del INEI también revelan que la pobreza extrema —aquella en la que los ingresos ni siquiera cubren la canasta alimentaria mínima— afecta al 5,5% de los peruanos, lo que equivale a 1 millón 872.000 ciudadanos.

Así se distribuye el gasto mensual de la canasta básica
La canasta básica de consumo en el Perú incluye tanto alimentos como servicios esenciales. Según el INEI, en 2024 cada persona gastó en promedio S/ 890 al mes, considerando todos los rubros del consumo individual, y la mayor parte de ese monto se destinó a cubrir necesidades alimentarias dentro del hogar.
En detalle, el 28,9% del gasto mensual per cápita —equivalente a S/ 257— se usó en alimentos preparados en casa. Le siguieron los gastos en alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, que representaron el 21,3% del total (S/ 190).

Los alimentos consumidos fuera del hogar ocuparon el tercer lugar con el 12,3% (S/ 110), mientras que la salud absorbió el 8,3% (S/ 74) y el transporte, el 7,7% (S/ 69).
Otros rubros con menor participación fueron:
- Bienes y servicios diversos: 4,3% (S/ 38)
- Educación: 3,9% (S/ 34)
- Comunicaciones: 3,4% (S/ 31)
- Muebles y enseres: 3,3% (S/ 30)
- Prendas de vestir y calzado: 3,3% (S/ 29)
- Recreación y cultura: 3,1% (S/ 28)
- Bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes: apenas 0,1% (S/ 1)
Si comparamos con el año 2015, se observa que el peso del gasto en alojamiento y servicios básicos aumentó en 2,4 puntos porcentuales (de 18,9% a 21,3%). También subieron los gastos en salud (de 7,2% a 8,3%) y transporte (de 6,8% a 7,7%).
Por otro lado, algunos rubros redujeron su participación: los alimentos consumidos fuera del hogar bajaron de 14,5% a 12,3%, y también cayeron los gastos en vestimenta, recreación, comunicaciones, muebles, e incluso en bebidas alcohólicas, cuyo consumo cayó a casi la mitad de lo que era hace una década.
Por su parte, la pobreza extrema se calcula en función de una canasta básica alimentaria, cuyo costo es más bajo: S/256 por persona al mes. En un hogar de cuatro miembros, el gasto mínimo para no ser considerado extremadamente pobre debe ser de S/1.024 mensuales. Si una familia no alcanza ni siquiera ese monto, cae en situación de pobreza extrema monetaria.
Según reportó el INEI, en el último año se registró un leve descenso, de 5,7% a 5,5%, equivalente a solo 50.000 personas que dejaron esta condición. Sin embargo, en total hay 1 millón 872.000 personas viviendo en pobreza extrema, casi el doble de lo registrado en 2019 (940.000).